Es sábado por la tarde, me encuentro viviendo en Cetraro Marina, vinimos a tramitar la ciudadanía de mi novio (esposo??). Cetraro Marina es un pueblo recóndito ubicado más o menos en el sur, no es sur sur, pero lo es comparado con Roma o Florencia. La realidad es que no hay mucho para hacer si hablamos de entretenimiento, por lo que los fines de semanas no gusta planear alguna actividad que nos saque de la rutina pueblerina.
Luego de comunicarnos como podemos con la gente que vive en el pueblo, muchos recomiendan un pueblo más grande llamado Paola. Esa especie de pueblo con más actividades que hace sentir en una metrópoli a los pueblos del alrededor, bueno algo así es Paola. Como recibimos muchas recomendaciones, me pongo a buscar información en internet, lo poco que encuentro es que hay un santuario, los comentarios en Google dicen que lo recomiendan y que tiene entrada gratuita. Según mi punto de vista une los requisitos necesarios para que sea una actividad para hacer. Por lo que preparo sándwiches para llevar y al día siguiente nos dirigimos a Paola.
Cuando viajas a emigras aprendes varias cosas, una de ellas es que pierdes comodidades que dabas por sentado en tu país de origen. En Argentina teníamos todas las comodidades, íbamos a todos lados en auto por ejemplo. Acá no tenemos auto y hay que caminar, eso multiplicado por dos cuando vivís en un pueblo sin transporte publico jaja, solo pasaba el tren regional y ese fue el que tomamos para ir a Paola, en 15′ o 20′ llegamos. Decidimos tomar un desayuno, recomiendo fuertemente, si les gusta desayunar o merendar Italia es el mejor lugar para hacerlo, la pastelería/panadería es riquísima. No entiendo porque es conocida por la pasta o pizza y no por esto.
Bueno en resumen nos sentamos a desayunar y todo estaba riquísimo, era un bar en la plaza principal que se llama Piazza del Popolo. Luego emprendimos viaje al santuario, otra cosa que aprendes en Italia, es que la distancia que Google Maps marca como 10 min probablemente sean muchas subidas y bajadas que se sienten como 40min corriendo. Entonces el camino al santuario nos marcaba 22 minutos desde donde estábamos se hizo intenso, no imposible, no hace falta ser experto en trekking para nada, aparte sirve para lo que yo considero importante a la hora de viajar, que es caminar para conocer.
Cuando llegamos vimos que varios colectivos con turistas visitaban al igual que nosotros, también nos encontramos con familias comiendo sus viandas, el ambiente era muy lindo. Algo que nos gustó mucho fue que no era el típico lugar turístico, por lo que no estaba explotado.
El lugar era precioso ósea nuestras expectativas eran muy pocas, casi mínimas, es un lugar con muy poca popularidad y nos fascino. Mezclando lo antiguo con mucha vegetación, lo que para mí es la combinación perfecta. Y a diferencia de flora seca como la que veníamos viendo, acá había mucho “verde” como le decimos. Aproximadamente la visita dura 1 hora aprox. cada uno la hace a su ritmo. Lo lindo es llevar vianda y comer ahí, como comenté no está muy explotado entonces no hay muchos negocios para comprar comida, pero creo eso lo hace más lindo no? Planear que comer, buscar un buen spot, escuchar el rio (el santuario esta atravesado por un río, creo que no lo conté) y disfrutar.
Sin dudas, seas religioso o no es una actividad que recomiendo 100%, tiene una mezcla de trekking super sencillo con un ambiente mágico. Con este blog espero que se queden con un par de cosas una de ellas es animarse a viajar sin importar el destino algunos son conocidos, pero no por ello mejores, viajar siempre te puede sacar de la rutina y monotonía que tiene el lugar en que vivimos, no porque donde vivamos no sea lindo, sino que al ser repetitivo se vuelve cotidiano, para volver a encontrar belleza por ahí hay que tomar distancia o mirar desde otra perspectiva, viajar ayuda a cambiar la perspectiva.